Quiero escribir canciones que hablen contigo.
Canciones fuertes y sin miedo que te pregunten que querías ser de mayor, si tenías miedo de algo, si soñabas con alguien, si soñabas con algo.
Quiero escribir canciones que averigüen lo que yo ya no puedo, porque soy débil o tengo miedo, pánico de estar sin ti, porque no quiero ver la cara que pondrás cuando me recuerdes.
Las voy a escribir, y te las pienso cantar todas, iré por las noches a tu cama y te las cantaré.
Mi voz sonará dulce como los susurros de una madre. Mi música será rica en dulces, de muchos sabores, de miel, de piña, de lágrimas, de sangre y de dolor. Habrán también algunas de fresas y de melocotón, uno de alegría, otro de desamor. No te puedo prometer que no saldrá ninguna amarga o de rencor. Alguna te sentará mal, de esas que repiten como el pepino o el cocido.
Mis canciones irán decoradas con mis ilusiones, como a los caramelos los recubren papeles de colores. Pondré envoltorios de cielos grises, de césped mojado, escribiré alguna y la envolveré en lluvia que repiquetea sobre una moto vieja, casi muerta, en una noche cálida de otoño, en un pueblo pequeñito y alejado donde sólo se puede llegar a oscuras, con las luces de la razón apagadas.
Envolveré algunas con soles de verano, con un perro juguetón, con un niño y su pequeña bicicleta, con las dos ruedecitas aún puestas, visiblemente ladeada a la derecha, el lado que pone siempre el pie cuando le entra el miedo al batacazo.
Lo siento pero pienso llorar sobre alguna partitura y esa la cantaré mal, habrán estrofas ininteligibles, trozos mojados que impedirán la lectura de palabras tristes y antiguas, de colores tremendos e insanos, de recuerdos avergonzantes, de esos que uno se resigna a vivir sin poder superar. Todas esas palabras las mojaré con mi lágrimas por ti, así no te harán daño cariño, así no te harán daño mi amor.
Las voy a escribir, sólo te pido que seas un buen público, tararea mis canciones, compra mis discos, llora con ellos, ríe, salta, baila, y cuando triunfe, se mi chica por favor. Be my baby.
30 de agosto de 1997.
Canciones fuertes y sin miedo que te pregunten que querías ser de mayor, si tenías miedo de algo, si soñabas con alguien, si soñabas con algo.
Quiero escribir canciones que averigüen lo que yo ya no puedo, porque soy débil o tengo miedo, pánico de estar sin ti, porque no quiero ver la cara que pondrás cuando me recuerdes.
Las voy a escribir, y te las pienso cantar todas, iré por las noches a tu cama y te las cantaré.
Mi voz sonará dulce como los susurros de una madre. Mi música será rica en dulces, de muchos sabores, de miel, de piña, de lágrimas, de sangre y de dolor. Habrán también algunas de fresas y de melocotón, uno de alegría, otro de desamor. No te puedo prometer que no saldrá ninguna amarga o de rencor. Alguna te sentará mal, de esas que repiten como el pepino o el cocido.
Mis canciones irán decoradas con mis ilusiones, como a los caramelos los recubren papeles de colores. Pondré envoltorios de cielos grises, de césped mojado, escribiré alguna y la envolveré en lluvia que repiquetea sobre una moto vieja, casi muerta, en una noche cálida de otoño, en un pueblo pequeñito y alejado donde sólo se puede llegar a oscuras, con las luces de la razón apagadas.
Envolveré algunas con soles de verano, con un perro juguetón, con un niño y su pequeña bicicleta, con las dos ruedecitas aún puestas, visiblemente ladeada a la derecha, el lado que pone siempre el pie cuando le entra el miedo al batacazo.
Lo siento pero pienso llorar sobre alguna partitura y esa la cantaré mal, habrán estrofas ininteligibles, trozos mojados que impedirán la lectura de palabras tristes y antiguas, de colores tremendos e insanos, de recuerdos avergonzantes, de esos que uno se resigna a vivir sin poder superar. Todas esas palabras las mojaré con mi lágrimas por ti, así no te harán daño cariño, así no te harán daño mi amor.
Las voy a escribir, sólo te pido que seas un buen público, tararea mis canciones, compra mis discos, llora con ellos, ríe, salta, baila, y cuando triunfe, se mi chica por favor. Be my baby.
30 de agosto de 1997.