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Libre

Entrevista con el padre Raul Alvarez, a la salida del penal de San Javier, tras reunirse con Efren Alonso, más conocido como "Libre", asesino múltiple condenado a morir mediante una dosis letal.

Libre no sabía por qué su madre se había empeñado en hacerle nacer. La primera bocanada de aire que tomó ya le resultó amarga. Su existencia carecía de sentido.
Su corazón no se encontraba entre las cosas que le rodeaban, condenado a explotar, a no poder descargar los sentimientos, odios y sueños coleccionados durante su existencia. Bueno, sueños, sueños, carecía de ellos. Se pasó toda la vida buscando algo por lo que valiera la pena vivir, un camino válido, con sentido, con final feliz.
En su juventud intentó imitar a las demás personas, lo que se dice hacer vida social. Fingía interesarse por lo que decían, incluso llegaba a opinar. Pero no lo hacía por necesidad, lo veía como un deber, se sentía en la obligación de compartirse, de darles la oportunidad de conocerle, de formar parte de el. Ya se que esto resulta difícil de entender, incluso puede dar lugar a malas interpretaciones. Debo aclarar entonces que Libre no se sentía superior a los demás, el era diferente. No se puede comparar lo incomparable, habría que medirlo con otra regla, con otra escala de valores.
Estudiaba a las personas con admiración, ¿de dónde sacaban las ganas de vivir?, ¿qué les impulsaba a seguir cada día con una vida vacía?, ¿de dónde provenía tanta energía?
Se preguntarán porqué siendo así, no había acabado antes con su vida, yo también tuve esa duda y me respondió con esta sentencia: MORIR ES LA NADA.
Creo que en el fondo albergaba esperanzas, sabía que había una respuesta y estaba en ellos.

Todo empezó cuando conoció a Silvia. Estaba enamorado, se abasteció de buenos sentimientos, amor confianza, deseo, celos... Por un tiempo olvidó su búsqueda, se había convertido en un parásito. Le absorbía la idea de ser ella, ya no la veía como un ser humano, para Libre, Silvia era como un cofre, cerrado celosamente, guardando "la respuesta".

Así que un día se decidió abrirlo.

Tardaron semanas en reconocer el cuerpo, parecía un bolsillo que se ha puesto del revés buscando las últimas monedas. Se había tomado su tiempo, escarbó hasta el último rincón pero no encontró nada.
A partir de entonces todo siguió igual, volvió a enamorarse y volvió a ocurrir. A veces dudaba, acabar con esta búsqueda, ¿para qué?, nunca encontraba nada. Si, vacilaba, pero su curiosidad era más fuerte.

Ahora va a morir, está cansado, después de todo lo que ha hecho cree que se merece un buen descanso. "Necesito la nada", NO perdonar, sus palabras exactas fueron:

La nada me necesita.