Hay días que no me encuentro,
me he levantado esta mañana y no estaba.
Mirando bajo de la cama, no me he visto,
he susurrado por toda la casa mi nombre
Iván, Iván, Iván, Iván,
y nada, sin respuesta.
Pienso en gritar, pero no,
me calmo, me pongo una película…
¡tampoco estoy ahí!
Lleno la bañera con agua fría,
hago un picado con doble tirabuzón,
más de 2 horas a remojo…
¡tampoco estoy ahí!
Intento hablar contigo,
y tú, previsiblemente,
!tampoco estás ahí!
no te encuentras...