Añoro el olor de tu pelo, sus rizos, su rebeldía, “the last frontier”. Me gustaba como se enredaba en mis dedos, dormirme encima, me volvía loco apartarlo con la lengua, y saborear, a pesar de el, el manjar de tu sexo. Quitármelos de la lengua mientras reía, ralentizando mis movimientos, conteniéndome. Miraba nuestros cuerpos unidos por ellos, reía con una imagen, tigre adentrándose en la selva, jaja.
Nunca me gustó que te depilaras, lo confieso, pero hay mejores maneras de conseguir deseos…
Nunca me gustó que te depilaras, lo confieso, pero hay mejores maneras de conseguir deseos…