Cogí un trocito de internet, lo plegué 156 veces y te hice. Puse toda la fantasía que pude en ti, mis sueños los guardé entre tus pliegues y te llené de besos y abrazos. Cuando terminé te planté sobre la mesa y te miré. Pequeñita, alocada, dulce, valiente, comprensiva y motivadora…
Luego inventé miles de horas contigo.
Dormí, comí, jugué y sudé contigo.
Con el tiempo te convertí en terapia.
Descosí bajó el pezón izquierdo el forro de mi piel y allí te guardé. Te llevé conmigo toda la vida. Amé, lloré y envejecí.
Hasta que un día de mayo del dos mil cuarenta y siete los puntos cedieron, mi piel se abrió y escapaste volando pajarita de papel.
Luego inventé miles de horas contigo.
Dormí, comí, jugué y sudé contigo.
Con el tiempo te convertí en terapia.
Descosí bajó el pezón izquierdo el forro de mi piel y allí te guardé. Te llevé conmigo toda la vida. Amé, lloré y envejecí.
Hasta que un día de mayo del dos mil cuarenta y siete los puntos cedieron, mi piel se abrió y escapaste volando pajarita de papel.