Ir al contenido principal

¿qué piensas cariño?

Sentados los dos en el sofá, le gustaba mirarla fijamente a la cara y pensar que se la follaba. Se imaginaba dentro de ella, de su boca, de su sexo, de su culo. Su semen resbalando por sus muslos. Tumbada de espaldas sobre la cama con las rodillas apoyadas sobre el suelo y el con su cara perdida entre sus nalgas, con la lengua dentro, bien adentro. Corriéndose en su boca, en sus pechos, dentro de su culo. 
Y todo esto pasaba por su cabecita mientras le sonreía y respondía a su pregunta 
-“qué piensas cariño?” 
-“Nada, que te quiero”