Ir al contenido principal

Ese dolor que me acompaña...

Habéis tenido un dolor que os es familiar, que creís conocer, recordar, pero no sabéis de qué…
Yo poseo uno. Lo tengo localizado en mi interior. Lo puedo señalar con el dedo, incluso a veces cuando lo hago, tocando mi pecho, puedo sentirlo. Se que es difícil describir un dolor, que es una percepción muy personal, que lo que para mi es algo insoportable, para ti puede ser imperceptible. Pero lo intento vale…
Este dolor que me acompaña es más bien un quemazón, como si hubiera arrastrado las rodillas por el asfalto y la herida me hubiera llegado al hueso. Pero no son las rodillas las que me duelen, ni si quiera las manos, destrozadas por intentar mitigar la caída. Mi dolor, este dolor que me hace compañía, está localizado en mi pecho. (…) Y no, lo siento, esta no es la típica carta de corazón destrozado por amor. Es un dolor real, no hablo de pecho metafóricamente, es algo que está dañado en mi interior, a la altura del corazón, pero más a la derecha. No se si en el esófago o en la tráquea, no sabría concretar. A veces lo siento con una respiración profunda, con un estornudo. Otras, me parece acidez. Igual, pensando mal, es algo tan grande que las dos cosas son ciertas. Quizás, es una bola roja, del tamaño de una pelota de tenis, que invade los dos conductos. Lo siento se me da bien visualizar las cosas. 
Hay días que lo olvido, que no se muestra. No sabría decir si coincide con un cambio de alimentación o con momentos de menos estrés, no he perdido aún el tiempo apuntar cuando pasa. Pero hay otros que acompaña todos mis pensamientos, que los envuelve, que les da un tinte trágico. Hace algunos renglones, un poco más arriba, he dicho que es un dolor que me acompaña y creo que me he quedado un poco corto. Tengo que admitir, que en ocasiones, este dolor no sólo me acompaña, también me consuela. Cuando las cosas se vuelven demasiado oscuras, cuando no encuentro de dónde  sujetarme para no caer, el viene a mi, para recordarme, que todo puede acabar en cualquier momento. Y siento alivio, y miedo, y tristeza, y me asusto, y me alegro.