Con la incertidumbre en la mano abrió el sobre, ya sólo llegaban cartas de bancos o de seguros, estaba asustado, sus manos temblaban, sudaban y humedecían el sobre.
Tenía claro, por experiencia, que no eran buenas noticias. Las buenas noticias, se gritan por las calles, se pintan en muros o se comparten en las redes. Las cosas malas se susurran, en cercanía, cabizbajos, entrecortádamente, en gotitas de dolor.
Dentro no había ninguna carta, bueno, no había nada, ni carta ni nada. Se lo acercó a la cara y miró en su interior, una resplandeciente luz brillaba a lo lejos, como un pequeño sol. Como un sol de verano. El sobre olía a orilla, a rocas con agua estancada, a húmeda arena, a luna que refleja la mar oscura. Traía paseos de pies sincronizados, de manos abrazadas. Conciertos de verano, películas en la playa, camas empapadas…
Si, para que seguir, son un montón de tópicos. Da un poco vergüenza escribirlo, pero es así. Se sorprendió y tranquilizó, al comprobar que la felicidad se parecía a eso, a un simple y sencillo, montón de tópicos.
Tenía claro, por experiencia, que no eran buenas noticias. Las buenas noticias, se gritan por las calles, se pintan en muros o se comparten en las redes. Las cosas malas se susurran, en cercanía, cabizbajos, entrecortádamente, en gotitas de dolor.
Dentro no había ninguna carta, bueno, no había nada, ni carta ni nada. Se lo acercó a la cara y miró en su interior, una resplandeciente luz brillaba a lo lejos, como un pequeño sol. Como un sol de verano. El sobre olía a orilla, a rocas con agua estancada, a húmeda arena, a luna que refleja la mar oscura. Traía paseos de pies sincronizados, de manos abrazadas. Conciertos de verano, películas en la playa, camas empapadas…
Si, para que seguir, son un montón de tópicos. Da un poco vergüenza escribirlo, pero es así. Se sorprendió y tranquilizó, al comprobar que la felicidad se parecía a eso, a un simple y sencillo, montón de tópicos.