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Hoy voy a escribir algo triste. Son sólo palabras.

Voy a coger papel negro y lápiz blanco. 
Arañaré la superficie con saña. El lápiz agarrado a puño. Como un cuchillo. Asestando palabras. Clavando puntos. Desgarrando comas. Venganza. Maldad. Odio. Desesperación. Hundimiento. Ahogo. Sufrimiento. Desesperanza. Vergüenza. Tristeza. Dolor. Añoranza.
Dejaré que salgan los monstruos encerrados bajo profundas masas de agua, en abismales cuevas marinas, dentro de pesadas jaulas de grandes barrotes de hierro. Leviatanes, Kraken, hidras y basiliscos.
Hoy voy a quemar los remos y dejar que la nave vague sin rumbo.
Me dormiré desnudo en la nieve. Saltaré al mar con los brazos atados a la espalda. Me untaré el cuerpo de alquitrán y me acercaré a la hoguera. Igual hasta le escribo a algún amor olvidado. Pediré perdón por lo que sea. Lloraré ausencias. Recordaré abrazos. Las lágrimas de otros, volverán a mojar mis mejillas.
Hoy pensaré en todo las palabras malas que me han escupido. Olvidaré lo bueno. Rescataré la mugre. Recordaré miradas. Azuzaré el fuego para que embista. Hoy volveré a clavar las uñas en  mi carne para oler la sangre. Para saborear el hierro.
 
Si, hasta ahí puedo llegar hoy.
Mañana será mejor.